RABO EN LA BOCA
Cocinero. Restaurante Mugaritz (Rentería)
Elegido en 2007, por un jurado internacional de 651 periodistas gastronómicos especializados, en el número 7 de la lista de los 50 mejores restaurantes del mundo.
¡EL RECOPÓN BENDITO!
INGREDIENTES:
1 lata de sardinillas en aceite de oliva guarro.
ELABORACIÓN:
Abrimos la lata de sardinillas y el bote de guindillas. Escurrimos las sardinas y las guindillas encurtidas. Sobre los cuatro curruscos de pan acomodamos las sardinillas guarras. A las guindillas, con ayuda de un cuchillo afilado, les retiramos el rabo-rabero y las cortamos en rodajitas. Colocamos estas rodajitas de guindilla sobre las sardinas y a continuación hacemos el aliño. Mezclamos una cucharada del aceite de la lata de las sardinas y otra cucharada hermosa del liquido ácido del bote de las guindillas, como si fuera una vinagreta. Rociamos con este mejunje los 4 curruscos de pan con las sardinas.
Y ahora viene el asunto clave de este pinchito.
En el bote de las guindillas que contiene los restos de jugo, añadimos el aceite que nos ha sobrado de la lata sardinera. Mezclamos bien y con cautela y alevosía encaminamos nuestros pasos al rellano de la escalera con esta mierda en la mano. Nos situamos frente a la puerta del vecino más hijoputa de toda la escalera, ese que roba las bragas de tu novia para pajearse y excitarse como un mono o el que te abre la correspondencia de tu buzón y le tiras todo el mierdote en el felpudo, de forma que cuando entre en su casa sofocado después de un duro día de curro, se joda y ponga perdido el parqué con un olor asqueroso de pescado enlatado. También se puede mear disimuladamente si se quiere rematar la faena como dios manda.